Por si mañana no.

Por si mañana decides no estar, te pido no me menciones, se prudente, por favor.
Como ya te lo he mencionado en otras ocasiones, lo más decente que podrías hacer por mí, sería hacer como que no
existí en tu mundo, digamos que fui un agujero negro con disfraz de estrella fugaz.
Quiero ser invisible para ti, quiero que nadie sepa de lo que yo he sido contigo, no por lo malo, bueno, poco o mucho
que te pueda dar, más bien porque recordar es vivir y si te he hecho sufrir de alguna manera, con mis ataduras, mis
peticiones, mis berrinches y celos, con mi forma de ser y actuar, te volvería a doler y lo que menos quiero es dejar esa
clase de huella en ti y que las recuerdes y las pregones, haciéndolo ver como una estocada final en la que me encargué
de joderte para siempre.
No hables de mi con extraños, se engancharán por el placer del cotilleo y no intentarán siquiera ponerse en tus zapatos,
esta es mi última petición, arriesgándome a que decidas no cumplirla.
Sé que esto es más complicado a comparación de lo sencillo que es pedirlo, sé también que te irás porque, sin caer al
victimismo, las mismas razones que te motivaron a amarme, serán, sin temor a dudas, las que te harán irte, una mujer
que divaga constantemente entre el dolor, la ansiedad y el orgullo no debe ser fácil de querer, y sé que soy algo muy
parecido a lo anterior descrito.
Ahora, te pido perdón por todo aquello que no solicitaste de mí y decidí darte, por amarte de esta manera poco sana y
asfixiante, por mis reclamos y por mis intentos sobrehumanos de hacer que modificaras aquello que hacías y me dolía
en lugar de irme de tu lado, perdón por guardar la ilusión que solo guarda una masoquista que se ha dejado sobornar
por sus apegos y su adicción a la gente ausente y desinteresada.
Perdón por decir que eres inconsistente cuando la realidad es que para ti no soy suficiente como para que te esfuerces.
De mi parte, no hablaré de ti, a menos que sea con mi libreta, sabes que soy adicta también a eso. No verás tu nombre
en ningún lugar, no te mencionaré ni al viento para que no tengas el cosquilleo volver cuando este toque tu nuca,
aunque parezca que no, sé guardar silencio y secretos, así te quedarás en mi memoria y nadie sabrá que caí en el error
de querer que me quisieras aún cuando me gritabas de todas las formas que no.
Mala.

Comentarios

Entradas populares