Adiós
Me está siendo complicado soltarte.
Me estoy reventando el alma, perdóname por no saber amarte, por darte de mí todo eso que constante e inconscientemente no querías recibir.
Te lo he dicho ya en otras ocasiones, me he convertido en un monstruo, no me reconozco, no me tengo, me di enteramente a ti, a ti que no querías tenerme.
Te presento mi dolor sin fines de lucro, sin el típico rencor o esperanza de que algún día te arrepientas de todo esto y decidas rogar mi perdón y mi regreso.
Voy a tomar un camino doloroso y jodido, te estoy dejando, aunque te amo, porque sinceramente me siento derrotada; a estas alturas asumo que debes saberlo, no me rindo tan fácil, pero eso también es una putada, debí irme hace mucho, no miento si te digo que siempre arriesgué un poco más, por un poco más de ti.
Sé que no entiendes la mayoría de cosas que siento y te expreso, estoy asimilando esa parte.
Darle fin a esta historia nos va a salvar, a mí de ti y a ti de la persona en la que me he convertido después de tanto permitir y permitirte. No merecemos esto.
Me voy también porque amarte no es suficiente, no justifica tus decisiones conscientes o inconscientes ni da para tolerar tanto dolor, porque el amor no lo soporta todo, porque para mí el amor es crecer y construir, eso no lo pudimos hacer.
Otro motivo más es porque me siento terriblemente culpable y no me puedo seguir sintiendo responsable de tus elecciones, es hora de rescatarme y hacerme cargo de lo mío.
Tengo que recuperarme, sanar y reconstruir todo aquello que te entregué y has roto, yo de verdad confiaba en tus palabras, pero tus acciones siempre han dicho más, quise ser ciega mucho tiempo, confiaba en que de algún modo podríamos resolverlo, pero no hay nada que resolver si no podemos siquiera compartir lo que sentimos. Tu no confiaste en mí y te disfrazaste de falsa honestidad cada vez que yo ansiaba verdades.
Discúlpame por intentar cambiar en ti todo eso que es tan tuyo y que a mí me duele, me genera conflictos a mí, no a ti y ahí no puedo hacer nada.
No puedo ni quiero asumir ni suponer si esto te duele más, menos o nada, eso solo me lastima.
Si de alguna manera te he herido, de todo corazón te pido perdón.
Aunque aún me importes, en muchos modos, en muchas partes y me retuerce las entrañas pensar en todo eso que vas a vivir sin que yo pueda estar junto a ti es vital que me aleje enteramente de ti, suena a cuento de nunca acabar, pero te di todas las armas necesarias y todas las usaste, me entregué a ti como absolutamente a nadie más antes y ya no sé dónde carajos estoy.
Me despido contra todo pronóstico, dices que quizás me venías a enseñar algo, repito que soy capaz de aprender sin tantos cuchillos clavados en mi espalda.
No eres capaz de decirme verdades, así eres tú y yo simplemente no puedo sobrellevar tanta deslealtad, ya he perdido personas importantes debido a estas actitudes y sé de alcances y magnitudes y sé que las traiciones dejan una huella tremenda sobre las personas que nos aman.
No sé amarte y creía que, si te daba más, si me adaptaba a ti y guardaba silencio ante un sin fin de faltas de respeto, compromiso e irresponsabilidad de tu parte, tú me elegirías siempre, eso me llena de culpas.
Puedo decirte un montón de mierdas más, pero decir adiós con tantas explicaciones solo deja más dolor y nosotros ya hemos hecho bastante.
Porque ya te dejé que me jodieras mucho, porque lo hemos jodido demasiado.
Me despido antes de que septiembre llegue porque es un mes frío y turbulento que ha dejado más sinsabores que glorias en mi vida y no quiero sumar otro fallo a mi nostalgia.
Tengo frío de ausencia, mi alma ha escapado de mi porque le he fallado, ella también tiene límites.
Te digo adiós rota y contra pronóstico, te digo adiós porque ya no me tengo y ¿cómo podría amarte alguien que no está?, un adiós más por todo eso que he perdido en ti, porque me perdiste a mí y aunque aún no lo crea fielmente has perdido mucho a pesar de todo lo que ganaste.
Adiós.
Mala.
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