Sobre-vivir.


Mi mundo está desordenado.

No reconozco el amor dentro de mí, no me veo valiosa, ni linda, ni agradable.

Tengo un miedo irracional a no sentirme amada, sin embargo soy mi más cruel verdugo.

Tal parece que me veo y siento imposibilitada para tomar acciones precisas para mí bienestar.

Siempre rogando que no me abandonen, y soy la primera en hacerlo.

Limitando mi ser, invalidando lo que siento, reduciéndome para no incomodar, para no molestar.

Siendo víctima de mí.

Claro que reconozco la inmundicia, la cargo a cuestas constantemente, es una jaula a la que entré por voluntad, sin conocer las consecuencias que suelen sentirse irreparables.

Reconozco todos los noes y me quedo paralizada de miedo, no sé salir de ahí, y el fuego sigue, me quema, ampolla mi piel hasta abrir heridas supurantes que salpican todo lo que toco.

Otra vez estoy rota.

No hay costura que alcance a cubrir el desgarro que he perpetuado a mi corazón.

No me dejen sola conmigo, ya no grito auxilio, ya solo miro fijo a algún punto hasta que las lágrimas brotan y dejan libre al animal herido que habita mi cárcel de piel y huesos.

La irrigación sanguínea acelerando mis latidos, así el corazón quiere huir de su verdugo, no hay serenidad aquí dentro, solo choques eléctricos que convulsionan mis entrañas.

 

Comentarios

Entradas populares